El coche pincha en la Bilbao Behobia

Va uno de Bilbao por la autopista, adelantando a todo el mundo, con su coche molón, cuando de repente nota que ha pinchado. Se echa a un lado, y se baja.


– Ahí va la ostia, ¿dónde cojones estará aquí el puto gato y la puta rueda de repuesto?

Mientras mascullaba, se para uno de San Sebastián, al que había adelantado y le dice:
– Joder, la ostia. De Bilbao tenías que ser! ¿No sabes que estos coches modernos no tienen ni gato ni rueda de repuesto?
– Ahí va la ostia, ¡qué cojonudo!
– Sólo tienes que soplar fuerte por el tubo de escape, y se vuelve a inflar la rueda.
– La ostia, tío, de puta madre, ahí va la ostia.

El de San Sebastián se monta en el coche, y se aleja desgüevándose de la risa. Mientras, el de Bilbao está sopla que te sopla al coche.
– Ahí va la ostia, que no se infla. A ver si lo estoy haciendo mal.

Ya estaba casi extenuado, cuando se para otro de Bilbao:
– Oye Patxi, ¿que haces, ahí va la ostia?
– Mira tu, que he pinchado, ahí va la ostia, y ha parado un guiputxi que me ha dicho que soplando por el tubo de escape, inflo la rueda.

El otro se empieza a reír y le dice:
– Ahí va la ostia, mira que eres gilipollas. ¡Si tienes las ventanillas bajadas!

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