Donosti y Costa Brava, dos paraísos gastronómicos

Hace unos meses el Patronato de Turismo de la Costa Brava nos invitó a comer a unos cuantos blogueros para hablarnos de las maravillas de su región en el ámbito gastronómico. Conocía el caso del Bulli, otrora mejor restaurante del mundo, pero desconocía que en esta zona hay más estrellas Michelín que en Donosti (20 frente a 17): El Celler de Can Roca (hermanos Roca), Les Cols (Fina Puigdevall), Miramar (Paco Pérez), C L’Apra, Bo.tic, Casamar, La Cuina de Can Simón, Ca l’Enric, Fonda Xesc, La Llar, Massana, Mas Pau, Els Brancs, Els Tinars y Les Magnolines.

Conocemos la Costa Brava por el museo de Salvador Dalí, por la futura sede de El Bulli Foundation de Ferrán Adrià, por los cavas del Ampurdán y, por supuesto, por sus 220 kilómetros de playas y calas entre Portbou y Blanes que se pueden recorrer a través de senderos. Pero ahora también conozco algo más de su gastronomía, potente y reconocida mundialmente, mezcla del saber hacer catalán y de la herencia mediterránea.

Además, los responsables del Patronato nos hablaron de las siguientes joyas:
– Los parques naturales de la zona, como los de Cabo de Creus, Montseny (reserva de la biosfera), Aiguamolls del Empordà, Montgrí, islas Medes y Baix ter, además de la Zona Volcánica de la Garrotxa y Cadí-Moixeró, situados cerca de los Pirineos.

– Pueblos como Cadaqués (aquí quiero ir sin falta, porque me encantan la arquitectura y el ambiente bohemio), Begur, Calella de Palafrugell, Palamós, Tossa de Mar, Roses, Platja d’Aro, Lloret de Mar, Peralada, Monells, Castelló d’Empúries, Pals y Peratallada.

– Los atractivos de Girona: el barrio judío, el monasterio románico de Sant Pere de Galligants, la colegiata de Sant Feliu, los baños árables y los puentes sobre el río Onyar.

– La proximidad del Pirineo, con sus estaciones de esquí y parajes para el senderismo. Tengo especial interés en visitar la zona volcánica de la Garrotxa.