De la Torre BBVA a la Torre Bizkaia: ¿hacia un país de funcionarios y ancianos?

Hoy anuncia la Diputación de Bizkaia su intención de concentrar una parte de sus departamentos en la Torre BBVA, que pasa a denominar «Torre Bizkaia», junto con un nuevo proyecto de innovación y emprendimiento en torno a la «silver economy», es decir, la tercera edad. A nadie se le escapa el significado más profundo que tiene para la economía del territorio, que ha ido perdiendo empleos relacionados con los servicios (en este caso, financieros) mientras gana pensionistas y funcionarios. ¿Es esto sostenible?


El anuncio del diputado general, Unai Rementeria, parece una vez más demostrar una intención de llenar de inquilinos rápidamente el rascacielos que todavía incorpora el emblema del BBVA. La competencia de la Torre Iberdrola y, en menor medida, el rehabilitado Edificio Albia no deja muchas más opciones que la mano institucional. Pero ¿por qué tanto interés en ayudar a una inmobiliaria?

Sea como fuere, los proyectos son relativamente lógicos:
– Los departamentos de la Diputación están repartidos por varios edificios de Bilbao, algunos incluso en varios.
– El Nagusi Intelligence Center parece una iniciativa razonable, en cuanto la silver economy efectivamente está generando un sinfín de oportunidades de negocio en nuestro entorno.

Pero todo esto es un síntoma de una posible enfermedad que afecta a nuestro país y que bien debería darnos que pensar. Una economía de ancianos que cobran pensiones y de funcionarios que cobran sueldos públicos no es sostenible a largo plazo. ¿Quién paga esa fiesta teniendo en cuenta que la deuda es ya muy elevada?

Es verdad que la silver economy debería generar nuevos empleos que permitan recaudar impuestos: medicina y salud, aparatos médicos y de apoyo, inteligencia artificial y mucha asistencia humana ayudada por la mejor combinación software-hardware. Son demandas de la tercera edad que, si no inventamos nosotros, lo van a hacer otros.

Pero ante semejantes alicientes, ¿vamos a tener emprendedores dispuestos a echar a andar los nuevos proyectos? Como soy optimista, confío en que así sea. Pero como emprendedor y ante los peligros que entraña emprender en este entorno envejecido, también demando que empecemos a rebajar los costes de esa carga que suponen las pensiones y los sueldos de los funcionarios. Desde ya. ¡No se puede tener contento a todo el mundo!

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