Claves para entender el conflicto entre Iberdrola y Sidenor

Para sorpresa de propios y extraños, dos compañías vascas se han enzarzado en una batalla de comunicados difícil de entender si no se pone un poco de contexto. Sirvan estas claves para comprender la situación:

  • Sidenor, cuyo presidente es al mismo tiempo el representante de las empresas que utilizan mucha electricidad en sus procesos productivos, decidió presionar a todas las partes para que reduzcan las tarifas que aplican a su compañía. Para ello, dio a conocer su intención de parar las fábricas 20 días hasta final de año. Otras empresas, como ArcelorMittal, han tomado decisiones similares posteriormente. Hay que tener en cuenta que en las acerías de Sidenor la chatarra se funde con la ayuda de electricidad. Digamos que, cara a la opinión pública, queda muy feo que haya industrias que tienen que cerrar porque sus costes energéticos son muy altos. Esto supone una presión importante para los poderes políticos, que a su vez se ven obligados a empujar a las compañías eléctricas a modificar las tarifas.
  • El Gobierno Vasco reaccionó apoyando a Sidenor, mientras el central ha ido dando pasos para poder reducir la factura eléctrica de las empresas «electrointensivas». Uno de ellos consiste en obligar a operadores como Iberdrola o Naturgy a hacer ofertas a largo plazo y a precio razonable para las compañías privadas. De hecho, la eléctrica vasca había intentado renegociar los contratos que ya tenía por años, técnicamente conocidos como PPA, para que estuvieran indexados a la tarifa real. Es lo mismo que muchas comercializadoras pequeñas han hecho con sus clientes particulares alegando que de otra manera pierden dinero, un comportamiento que probablemente viola la legalidad.
  • Sidenor ha criticado públicamente que estas ofertas a largo plazo no están llegando a las empresas y ha advertido del riesgo de que se produzca una oleada de cierres de empresas. El problema de esta firma siderúrgica es que sus PPAs solo cubren el 10% del consumo, por lo que tiene que comprar la electricidad al precio del mercado mayorista, que se ha encarecido en octubre hasta los 200 euros por MWh, frente a una media de los últimos diez años de apenas 46 euros. Alguien falló al hacer prospectiva de costes en Sidenor, pero probablemente algo similar haya ocurrido en gran parte de las grandes factorías españolas.
  • Iberdrola ha reaccionado de una manera sorprendentemente agresiva y que incluso raya lo injurioso. La eléctrica acusa a Sidenor de estar inflando los precios del acero que vende a los fabricantes de molinos. La siderúrgica ha respondido rápidamente desmintiendo esta subida de costes y aportando un dato irrebatible: solo el 2% de su acero va destinado a la construcción de molinos offshore. No aporta, eso sí, el dato de los terrestres, aunque es conocido que es un sector que está relativamente parado. La falta de escrúpulos de Iberdrola, la empresa que persiguió a un ex empleado por denunciar que había contratado a Villarejo, vuelve a salir una vez más a la palestra.

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