Alvaro Pipó (Prosix): «Empecé con veleros y ahora trabajo con materiales para el espacio»

Alvaro Pipó (Donostia, 1981) estudió ingeniería industrial, mecánica y de materiales en Tecnun y sintió la llamada del emprendimiento desde el primer momento. Su compañía, Prosix, empezó dando servicio a un astillero de veleros de competición y hoy es un actor clave en el mundo de los materiales compuestos aplicados en sectores tan diversos como el espacial o el militar.

Esta es su historia:

  • Pipó siempre ha tenido las ideas muy claras. No dudó a la hora de estudiar ingeniería y tampoco de emprender, aunque esta primera experiencia le pilló en un astillero en Valencia. «Desde los 15 años tenía claro que no quería tener horario ni planning establecido. Quería poder resolver proyectos por mí mismo. Me gustaba mucho entender las cosas, la mecánica, mejorar las cosas que usaba. Empezando por los juguetes o la raqueta de badmington. Es lo que sigo haciendo, lo que pasa es que ahora con paneles de sátelite. Empecé en Valencia porque fui a hacer el proyecto de fin de grado a un astillero que estaba allí. Yo era un apasionado de la vela desde crío y elegí ese destino», explicó.
  • Tras este primer periplo valenciano, Pipó decidió regresar a Donostia con su empresa por razones familiares. Habló con mucha gente en ferias y eventos y fue conociendo a los que hoy son sus clientes de organizaciones como la Agencia Espacial Europea, Indra o Airbus Espacio. «Tienes que ir a buscar a la gente porque el que no está no existe. Yo les mostraba conocimiento y una enorme pasión y fui comprobando que lo que hacíamos con barcos era muy parecido a lo que se hace con aeronaves o en el espacio. Hay que tener en cuenta que son veleros que vuelan más que navegar. Están preparados físicamente para que vayan más rápido que el viento porque se crean su propio viento. Se trata de volar el máximo tiempo posible y una clave son los materiales y especialmente la fibra de carbono», explicó.
  • Prosix se ha especializado en desarrollar tecnología basada en materiales compuestos. Aplica fibra de carbono a sectores tan diversos como la aeronáutica, la ciencia de partículas (espacio), la defensa, las antenas espaciales, los telescopios o los submarinos. «El cliente nos plantea un problema y nosotros desarrollamos el material, lo validamos y fabricamos el prototipo, antes de ensayarlo. Lo hacemos todo, incluso fabricar. Entre otros proyectos interesantes en los que hemos trabajado citaría los paneles para analizadores de neutrones o los radomos de antenas para submarinos. Ahora veo mucho futuro en las misiones espaciales complejas con antenas. También para defensa, que se ha convertido en un sector estrella. Generalmente trabajamos en consorcio desde las cuatro oficinas que tenemos en San Sebastián, Madrid, Valencia y Baiona», explicó.

Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *