Alba del Villar y Guillermo Barrena (Thingeer): «El covid ha forzado a las tiendas de decoración a vender online»

Alba del Villar (Pamplona, 1988) y Guillermo Barrena (Pamplona 1991) son los fundadores de Thingeer, una startup navarra que pretende crear mercadillos online (marketplaces) con garantías. Han empezado con el mundo del mueble y la decoración, en el que habían observado que los compradores desconfiaban de la mayor parte de las ofertas que veían por Internet. Muchos tenderos están utilizando por primera vez el comercio electrónico a través suyo.

  • Thingeer nace a principios de 2020 para eliminar la falta de transparencia que afecta a muchos marketplaces. «Conectan al que compra y al que vende pero sin garantizar la fiabilidad de ninguno de los dos. Esto genera muchas estafas, descripciones incompletas de productos, robos de identidad y otros inconvenientes. Nosotros tratamos de aportar calidad verificando al vendedor y garantizando la compra», explicaron.
  • La solución de Thingeer se gestiona actualmente en una aplicación móvil, aunque en el futuro tendrá una versión web. La mayor parte de los usuarios son particulares, aunque el confinamiento ha llevado a muchos profesionales, generalmente tiendas y hasta fabricantes, a utilizar su marketplace. «Era un sector un poco reacio a digitalizarse y el covid no les ha dejado otra opción. Nos han llamado tantas tiendas que hemos tenido que elegir cuáles nos parecían más interesantes», explicaron.
  • Thingeer proporciona un servicio completo. Empezando por el catálogo de productos y terminando por la propia entrega puerta a puerta, pasando por el marketing para atraer usuarios. «Para dar a conocer la aplicación utilizamos el SEO, la publicidad en Google y hemos creado una comunidad de amantes de la decoración en Instagram», explicaron.
  • A nivel tecnológico desarrollan todo ellos mismos. Eso incluye el sistema de verificación de identidades, que emplea inteligencia artificial, y una aplicación móvil de realidad aumentada que permite visualizar cómo va a quedar un mueble en la casa del usuario. Además, las fotos de los vendedores también se tratan para, por ejemplo. eliminarles el fondo. «Al principio rechazábamos el 95% de los productos solo por las fotos y, después de educar a los usuarios, hemos conseguido que solo el 40% se queden fuera», exlicaron.
  • El proyecto está teniendo cierto éxito y más desde que el confinamiento ha incrementado la demanda de comercio electrónico. Unos diez productos se suben a la plataforma cada día y el número de vendedores se incrementa a un ritmo del 20% al mes. «Resolvemos un problema que tenía el vendedor, por lo que le cobramos un alta y un mantenimiento, además del 10% de comisión sobre cada artículo vendido. Ahora estamos barajando barajando aplicar este tipo de marketplace a otros productos», explicaron.

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