¿Pueden los bonos de Eroski y Fagor compararse con las participaciones preferentes?

Los foros de Internet se están llenando de quejas de personas que compraron «aportaciones financieras subordinadas» de Eroski y Fagor, que se han devaluado sustancialmente (hasta la mitad) y que ahora comparan estas inversiones con las ya famosas participaciones preferentes que comercializaron varios bancos y cajas. Lo cierto es que hay cierto parecido. Veamos.


– Se vendieron como «aportaciones», con lo que no parecían acciones y, por tanto, no estaban sujetas a cotización. Lo cierto es que sí lo están, aunque en un mercado tan poco líquido que es como si no lo estuvieran.

– Se vendieron como una especie de bonos, con lo que muchos inversaron creyeron que, a su fecha de caducidad, podrían recuperar lo invertido. Lo cierto es que eran permanentes, que es precisamente donde estriba su mayor problema. Fagor y Eroski pueden amortizarlas, pero esto queda a su libre albedrío y evidentemente, en la situación actual, no lo harán.

– Tenían importantes intereses, al igual que las participaciones preferentes. Era un señuelo, unido a la sensación de que se trataba de productos seguros.

– En caso de quiebra de la compañía que las emitió, el acreedor se coloca a la cola en la preferencia de cobro. Es decir, que es el que más riesgo corre. Como Eroski y Fagor no están pasando por su mejor momento, ese riesgo ha aumentado y está derivando en rumores de todo tipo sobre el futuro de estas cooperativas.

– Quien vendía las aportaciones de Eroski y Fagor eran entidades financieras, destacando obviamente Caja Laboral. Probablemente, muchos clientes no sabían lo que suscribían. El resultado es un daño gravísimo a la imagen de toda la Corporación Mondragón.

Y ahora las diferencias:

– Los intereses de las aportaciones de Eroski y Fagor están asegurados año tras año, con lo que resulta interesante mantener los títulos, al menos mientras el Euribor siga bajo. En el caso de las preferentes, estos intereses dependen de los resultados de la empresa que las ha emitido. Como muchas son cajas de ahorros que ahora están en situación de semi-quiebra, su valor se ha evaporado.

– La amortización de las aportaciones es discrecional pero una vez más no depende de los resultados de la empresa. Probablemente, Eroski y Fagor preferirán devolver su importe a los inversores el día que puedan financiarse en el mercado a un coste inferior al interés que están pagando en este momento a los «bonistas». Es decir, más del 4% (el 5,4% en el caso de Fagor), que es un tipo muy atractivo.

(Actualización 27.11.12) Me ha llamado hoy un cliente de estos productos, José Antonio Urrutia, para comentarme que no todas las emisiones tienen garantizado el pago de intereses. En concreto, las de 2007 de Eroski no los tienen, al igual que las de 2006 de Fagor, aunque por el momento las dos cooperativas no han recurrido a la cláusula de los contratos que les permite sustituir intereses por más aportaciones. Esta realidad tiene su reflejo en los balances de Eroski y Fagor, que este año han transformado la mitad de estas aportaciones (la que tiene garantizados los intereses) en deuda en lugar de en capital, que es la calificación que tenía hasta ahora.

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