¿Qué está pasando con el precio del alquiler de viviendas?

Los precios medios del alquiler acaban de superar todos los records históricos en Euskadi y todo indica que seguirán subiendo, pese a que los precios de la vivienda en compraventa apenas se mueven, al menos en Bilbao. ¿Qué está ocurriendo? Los agentes inmobiliarios apuntan a los pisos turísticos como culpables, pero lo cierto es que esta inflación de precios tiene más relación con el cierre del crédito bancario y la recuperación económica en un contexto de escasísima oferta.


Los datos del Observatorio Vasco de la Vivienda son muy claros:
– El precio medio de un alquiler en Euskadi está situado ahora en 983 euros al mes.
– El record de precios de alquiler estaba hasta ahora fijado en 968 euros en 2008, año en el que la renta subió un 9%.
– En 2013 el precio toco fondo al bajar a 825 euros
– Primero subió levemente, pero en los últimos 18 meses se ha incrementado 100 euros a un ritmo del 8% anual.
– El precio de la vivienda en compra se mantiene estable en los últimos años tras el fuerte descenso que sufrió con la crisis

Así lo explicaba recientemente la Autoridad Vasca de la Competencia en un informe:

Dada la falta de oferta insuficiente, el mercado de alquiler se encuentra en niveles (de precios) muy elevados (…) La dificultad de acceso a la financiación bancaria, ha implicado que muchas personas, a pesar de preferir la compra de vivienda hayan optado por el alquiler.

Hay que tener en cuenta que, por razones culturales y económicas, Euskadi ha venido siendo la comunidad autónoma en la que más propietarios de viviendas había. Mientras en el conjunto del Estado apenas un 5% de la población alquila, en el País Vasco este porcentaje no llega al 3%.

Esto ha derivado históricamente en una baja oferta: a nivel estatal el 20% de las viviendas se arriendan, frente al 10% de Euskadi. Es decir, que el parque de casas en alquiler es bajísimo y, por si fuera poco, gran parte de él es público o semi-público (Bizigune), con lo que pisos en el mercado «libre» hay poquísimos.

Pese a lo evidente de estos datos, las inmobiliarias acusan a Airbnb, que no deja de ser un gran competidor suyo, de la inflación de precios. Lo que no explican es por qué el incremento de las rentas se está produciendo también en zonas no turísticas. Ni tampoco por qué, pese a las duras limitaciones que han impuesto los ayuntamientos de Donostia y Bilbao, la inflación prosigue: un 3,3% en el segundo trimestre de este año.

La asociación de propietarios de viviendas turísticas apunta otro dato que no deja lugar a dudas: la mayor parte de las viviendas que se ofrecen en Airbnb no estaban alquiladas permanentemente con anterioridad. En lo que a la oferta se refiere, el portal Idealista señalaba recientemente que en España hay 16 municipios de más de 50.000 habitantes que tienen un parque de pisos para arrendar inferior a las 50 unidades. Uno de ellos es Irun, con apenas 27.

Se da la circunstancia de que las casas en venta ni suben ni bajan, sino que están estables. Al menos en Euskadi, porque en Barcelona, Madrid y las islas el crecimiento supera ya el 40% desde el final de la crisis, lo que ha provocado que Donostia deje de ser la ciudad más cara de España, un título que venía defendiendo en los últimos 20 años.

Pese a todo, las viviendas vascas siguen figurando entre las más caras, lo que tira para abajo la rentabilidad del alquiler: un 4,3% anual en Donostia, un 4,9% en Bilbao y un 5,4% en Vitoria-Gasteiz, frente al 7,8% del conjunto del Estado. Una vez más, un dato que indica que hay recorrido para el crecimiento de las rentas.

Y otro fenómeno que se está produciendo como consecuencia del incremento del precio de los alquileres es el de la compartición de pisos. También están creciendo sus precios: hasta un 7% en el conjunto del Estado en los últimos 12 meses hasta los 331 euros mensuales, según Idealista. En Donostia cotizan a 390 euros, 349 en Bilbao y 277 en Vitoria-Gasteiz.

Lo que antes era un fenómeno fundamentalmente ligado a estudiantes, ahora se ha popularizado entre capas más amplias de la sociedad que no pueden permitirse un alquiler completo. De hecho, la media de edad de la persona que comparte piso en Euskadi es de 32 años. Eso sin hablar de los que se quedan en casa de sus padres. Y es que hay más de 100.000 vascos menores de 44 años que no pueden ni comprar ni alquilar una vivienda ni acceder a ayudas públicas para ello.

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