¿Perderá Microsoft el liderazgo en programas de oficina?

Desde que soy usuario de informática, Microsoft ha sido siempre el líder en programas de oficina, también conocidos como suites porque se venden en un paquete conjunto. Y eso que el software ha ido evolucionando, se ha ampliado a otras aplicaciones relacionadas, se ha modificado la forma de pago (de compra a suscripción) y hasta ha cambiado de nombre; hoy se conocen como suites de productividad y Office ha pasado a apellidarse 365.

Además de las clásicas aplicaciones de cálculo (excel) y escritura (word), se le fueron añadiendo las de presentaciones (powerpoint), base de datos (access), correo (outlook), gestión de proyectos (project) y diseño (publisher). También se suelen incluir en la suite productos como Sharepoint, que permite colaborar mediante wikis; Skype y últimamente Teams. Y creo que Power BI, un completísimo software adquirido por Microsoft para gestionar proyectos de business intelligence sobre big data, seguirá el mismo camino.

Sea como fuere, la compañía que fundó Bill Gates siempre ha tenido empresas al acecho, aunque ninguna ha llegado a tener excesivo protagonismo. Estas son las más relevantes:

  • Google Workspace. Cuando apareció Google Apps allá por 2006 vi tanto potencial, por lo bien que funcionaba y por estar basado en la nube, que llegué a pensar que podría llegar a hacer pupa a Microsoft. El problema es que Google se ha centrado en sus negocios publicitarios, que son los más rentables, y ha ido dejando de lado muchos proyectos de calidad que tendrían otro modelo de ingresos. Pero sigue estando ahí y, aunque no han llegado a ser tan populares como yo esperaba, estos productos no han dejado nunca de esvolucionar (a mejor). Soy un fan de Google Workspace e impongo su uso para todo lo que tiene que ver con colaboración intra-empresarial: correo electrónico, docs, agenda y sites (wikis). Cada vez uso más los sheets (excel) para hacer pequeñas bases de datos que antaño tenía en access y que ahora se pueden combinar con sencillos interfaces de adición.
  • LibreOffice. Es la versión libre de Office, con todo lo que eso conlleva. Por una parte, que es fácil usarlo gratuitamente y, por otra, que hay todo un mundo de todopoderosos lobbys entregados a la causa de evitar que se utilice en las grandes organizaciones. Aunque en sus momentos iniciales tenía ciertas carencias, hoy en día es equivalente a Office en sus programas más tradicionales: excel y word. La parte de presentaciones da más problemas y a la de base de datos le ocurre algo parecido. A veces da problemas de conversión de documentos de Office pero su capacidad de generación de PDF es superior. Pero su gran handycap es que no tiene versión nube y colaboración en tiempo real, que es por donde van las cosas. Imagino que con el tiempo alguno de los grandes del cloud, como Dropbox o Amazon (Web Services), terminarán llegando a un acuerdo para integrarlo en sus servidores y terminar con este problema. Ambas compañías han hecho pinitos en el campo del software de oficina, como Dropbox Paper o Amazon WorkDocs, que son versiones propias de Microsoft Word, y sovbre todo Amazon Chime, que es una especie de Microsoft Teams. Pero creo que todavía están un tanto desorientadas. Por cierto, sigo usando LibreOffice cuando tengo que editar algo en mi ordenador, algo que sucede cada día menos veces.
  • WordPerfect. Este producto que hoy pertenece a la firma canadiense Corel fue el estándar de software de oficina hasta que Microsoft le arrebató esta posición de la mano de su Windows. Sigue existiendo y dicen que sus programas funcionan muy bien, aunque su elevado precio los sitúa en otra galaxia muy alejada. No conozco a nadie que todavía utilice WordPerfect, así que imagino que sus usuarios son personas ya mayores o empresas que se informatizaron en los ochenta. Como los bancos que todavía tiran de Cobol o de grandes aplicaciones de IBM, vamos.
  • Zoho. Esta empresa de origen indio ha sido siempre para mí la gran esperanza de competencia en el mercado del software de uso empresarial. Por una parte, porque sus programas funcionan de maravilla y, por otra, porque son tremendamente sencillos. Han hecho un esfuerzo especial en la simplificación de los interfaces y les ha salido genial. Empezaron con un procesador de textos en 2005 y después lo han ido ampliando con software tan variopinto como wikis, gestión de proyectos, CRM (muy recomendable) e incluso ERP. Sus versiones gratuitas son bastante generosas y cobran después por volumen de uso, algo que se ha generalizado en la nube. Su handycap creo que es, al igual que con Google, el marketing y la inercia de los millones de usuarios de Microsoft Office. Además, la multinacional de Redmond ha sido muy hábil a la hora de controlar también el negocio del CRM y los ERP. Por el contrario, Salesforce y SAP, sus dos grandes competidores en estos dos terrenos, no han sido tan rápidos a la hora de entrar en los mercados que dominaba Microsoft. Hace años que se espera que una alianza entre Amazon y Salesforce reviente el mercado, pero no termina de llegar ese momento.
  • Cisco Webex. El último producto que voy a mencionar es el que menos conozco y, de hecho, solo lo utilizado para lo que nació originariamente: para videoconferencias, un terreno en el que llegó a ser el líder absoluto durante bastante tiempo, con permiso de Skype. Posteriormente se completó con aplicaciones de colaboración, en lo que se vino a denominar Webex Connect, y hoy está acompañado de todos los programas de una suite tipo Office. Cisco, que ha pasado años sufriendo todo tipo de problemas en su negocio original, el del hardware de conexiones, decidió volver a sus orígenes y hoy se vende otra vez como software para videoconferencias. Por ello no tengo muy claro que pueda aspirar a competir con Microsoft Office. Algo parecido le ocurriría a la nueva estrella de la colaboración, Zoom, que bastante tiene con mantener su territorio.
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