Las claves de la sentencia absolutoria de Karrantzako Minda

He percibido cierta perplejidad en la prensa por el hecho de que el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Bilbao haya absuelto a los promotores de la planta de tratamiento de purines de Karrantzako Minda en relación al concurso de acreedores de esta firma. Quizás porque no se entiende que una cosa es demostrar que una suspensión de pagos ha sido culpable y otra es perseguir un supuesto caso de corrupción. Sea como fuere, es buen momento para analizar las claves del caso.


¿Qué se juzga?
Por una parte, se había planteado la posible culpabilidad del consejo de administración de Karrantzako Minda al solicitar el concurso de acreedores de manera tardía y tras haber gestionado mal la compañía. Esta parte ya tiene sentencia. Por otra, el caso está también en los juzgados de lo penal por presunta apropiación indebida, falsedad documental y administración desleal.

¿Por qué no fue culpable el concurso?
Simple y llanamente, porque los consejeros de Karrantzako Minda no hicieron nada que pudiera poner a la empresa en una situación difícil económicamente y actuaron según la ley. Hay que decir que poder condenar a un administrador por una mala gestión es muy complicado. Por algo es una sociedad (de responsabilidad) limitada.

¿Para qué sirve una planta de tratamiento de purines?
Se trata de una especie de reciclaje de los excrementos del ganado, que como es sabido es la principal riqueza de Karrantza. Además de su aprovechamiento energético, su otra ventaja es que resuelve un problema medioambiental evidente. Técnicamente, lo que se hace es «abrasar» el purín para que se seque y se pueda utilizar posteriormente como abono orgánico. En este proceso se generan electricidad, más o menos como se hace en la central de Boroa (Amorebieta), y cantidades importantes de agua, que una vez depurada se puede utilizar para regar.

¿Es cierto que compraron un terreno que después no se pudo utilizar para construir la planta de tratamiento de purines?
Es cierto. La sociedad compró una finca por 192.000 euros y, tras conseguir todas las licencias, en el ultimísimo momento, la agencia pública del agua, URA, de manera inexplicable para todas las partes, bloqueó la construcción de la planta alegando que estaba en terreno kárstico. A Karrantzako Minda no le quedó otro remedio que buscar otro terreno, lo que retrasó sustancialmente el proyecto y encareció los costes.

¿Y qué falló?
Al margen del error en los terrenos, que retrasó el comienzo de las obras, el principal problema fue el cambio de gobierno en Vitoria-Gasteiz. La llegada de Patxi López estuvo marcada, en las consejerías de Industria y Agricultura, por unas relaciones pésimas con los anteriores inquilinos de Lakua. La primera medida fue solicitar varios informes de viabilidad del proyecto, a los que Karrantzako Minda respondió con otros tantos. Finalmente, con la excusa de la crisis, se paralizó la concesión de ayudas.

Al no tener dinero, Karrantzako Minda tuvo que cancelar las obras en setiembre de 2010. Poco después, el Ministerio de Ciencia exigió la devolución de 2 de los 4 millones de euros que había aportado al no haberse ejecutado el proyecto. Algo similar haría el Gobierno Vasco en 2011. Finalmente, en julio de 2011 se solicita el concurso de acreedores ante la imposibilidad de devolver esas ayudas millonarias. Diputación de Bizkaia tardó más en pedir el reintegro de las subvenciones, cosa que hizo en 2012.

¿Por qué recibió tantas ayudas públicas?
La sentencia incide en el hecho de que el proyecto sería deficitario si no se promovía desde la Administración, por lo que la construcción en sí misma estuvo muy subvencionada por todas las instituciones implicadas y especialmente por la central, que tenía un pacto con el PNV. Se le adjudicaron casi 10 millones de euros, que iban a ser gestionados por Karrantzako Minda para poner en marcha la planta de tratamiento de purines.

¿Y qué pasó con estas ayudas?
Cada euro está, según la sentencia, justificado mediante subcontrataciones a empresas. De todas formas, esto se analizará más en detalle en el juicio penal.

¿Qué pinta un director de Innovación de Agricultura del Gobierno Vasco en el proyecto?
Martín Ascacibar fue el impulsor del proyecto desde la Consejería de Agricultura del Gobierno Vasco. Con los estudios en la mano, convence a Ayuntamiento, Diputación y ganaderos (agrupados en Guvac) y finalmente es su partido el que consigue que Madrid ponga dinero a cambio del apoyo político a Zapatero.

¿Y qué pinta la ingeniería Ade Biotec en el proyecto?
Este es uno de los asuntos más controvertidos, pero más cara a la opinión pública que otra cosa. Ade Biotec es una ingeniería controlada por la constructora Viuda de Sainz, muy bien relacionada políticamente. Su involucración fue tal que participó en el proyecto ejecutándolo («contrato llave en mano») e incluso participando accionarialmente en Karrantzako Minda. A tenor de la sentencia, se le adjudicó en competencia con Sener, por lo que aparentemente se siguió un procedimiento de concurrencia competitiva.

¿No pasó algo parecido en Hiriko?
En cierta medida, sí. En el caso de Hiriko, el que recibía las subvenciones después repartía el dinero entre otras entidades, muchas participadas por sus socios. Tanto el coche eléctrico como la planta de purines eran buenos proyectos pero su ejecución no ha sido la mejor. En cualquier caso, es más que dudoso que se cometiera un ilícito penal o mercantil pero sí es cierto que es un asunto feo. Por cierto, uno de los promotores de Hiriko, el ex viceconsejero de Pesca del Gobierno Vasco Luis Miguel Macías, llegó a figurar también en el consejo de administración de Ade Biotec.

¿Es cierto que se adelantó dinero a Ade Biotec?
Es cierto que se le adelantó casi un tercio del importe del proyecto, que ascendía a 11,5 millones de euros, pero esta medida entra dentro de la práctica habitual con las constructoras: el 15% se paga en la firma y otro 15% tras la entrega del documento de ingeniería definido.

¿Y qué pinta Viuda de Sainz en todo esto?
Al margen de su control sobre Ade Biotec (80% del capital), se le adjudicó toda la urbanización e impermeabilización del terreno por 1,7 millones de euros. En la vía penal imagino que se analizará este contrato. Además, Viuda de Sainz presentó desviaciones en costes por un importe superior al millón de euros, que fueron facturados a Karrantzako Minda. Este incremento del gasto pudo ser real o también un producto de la picardía habitual de las constructoras que trabajan en proyectos públicos. Me inclino por la segunda teoría, dado que la empresa que se contrató para dirigir las obras, Arkigest, mantiene excelentes relaciones con Viuda de Sainz. Pero una vez más, no es un tema penal.

En este artículo puede verse una foto del estado actual de la planta, paralizada desde 2010:
http://www.naiz.eus/es/actualidad/noticia/20150513/el-administrador-concursal-de-karrantzako-minda-pide-indemnizaciones-millonarias-a-excargos-del-pnv

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