Fernando Urruticoechea, el terror de los alcaldes corruptos

fernando urruticoecheaLos inquietos de los que hablamos en esta web suelen ser emprendedores y creo que nunca lo habíamos hecho de un funcionario. Pero es que el economista vasco Fernando Urruticoechea Basozabal se merece ser protagonista al menos por un día por su incansable labor contra la corrupción desde su puesto de interventor en ayuntamientos, que no es otra cosa que el que vigila que todo se ajuste a la ley.


Lleva 30 años trabajando en consistorios y se ha hecho conocido en los últimos años por sus denuncias en algunos puntos del Mediterráneo y en Castro-Urdiales donde ha destapado diversas irregularidades. Pero antes trabajó en ayuntamientos vascos como Galdakao, Sestao y Ermua. Ha presentado personalmente denuncias por cohecho, prevaricación, tráfico de influencias y malversación de fondos públicos.

Es el auténtico terror de los ediles corruptos y hasta tiene un club de fans en Facebook, Urruti Ahí Tus Huevos. No es el único aplauso que ha recibido. En 2009 la Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria le concedió el «Premio Urogallo» por su «lucha profesional contra la corrupción urbanística en Castro Urdiales». Y este año la Unió de Periodistes Valencians le galardonó por su lucha a favor de la libertad de expresión.

La corrupción municipal empieza de una manera relativamente inocente. El brigada de obras hace chapucillas por las tardes con material del Ayuntamiento, por cuya compra a su vez los oficiales se llevan comisiones. El arquitecto municipal también se queda con su correspondiente mordida, que comparte con el concejal de Urbanismo. Y todos callan. Así lo resume Urruticoechea: «La corrupción no es un problema de Bárcenas y Urdangarines sino de concejales y brigadas de obra».

El sistema funciona mejor todavía allí donde hay crecimiento y construcción, todo ello rodeado de la impunidad más absoluta. Este es precisamente el mayor problema para Urruticoechea: que el corrupto apenas corre peligro, porque la legislación española apenas protege al denunciante.

Cuando menos, este interventor ha dejado huella en algunos de los municipios por los que pasado. En Castro-Urdiales hay ocho condenados, en una batalla que libró junto a un fiscal, y en Crevillent hay dos regidores inhabilitados por adjudicar el tratamiento de basuras sin contrato alguno.

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