El Top 10 de los fracasos puntocom

Han pasado ya varios años desde la debacle de las puntocom. Los suficientes como para analizarlos con tranquilidad y sacar algunas conclusiones. Es lo que ha hecho la revista online CNet repasando el Top 10 de las puntocom que más gastaron en el menor tiempo posible y que menos tardaron en quebrar. Examinémoslos y recordemos algunos más cercanos.


– Webvan, una especie de supermercado online que se gastó 375 millones de dólares en dos años para crear grandes almacenes donde recibía los pedidos y los empaquetaba para enviarlos a los domicilios de sus clientes. Llegó a tener 2.000 empleados. Su equivalente estatal, el catalán Condisline, sigue en marcha, aunque sólo en Madrid y Cataluña. De todas formas, Alcampo abrió inicialmente un supermercado online en Madrid que decidió cerrar hace dos años.

– Pets.com, una tienda online de productos para mascotas que obtuvo en Bolsa 82 millones de euros y que, pese a tener el respaldo de Amazon, apenas duró unos meses. No encontramos ningún equivalente en España.

– Kozmo.com, que enviaba productos a casa en moto y, por tanto, muy rápido. Su equivalente español fue AlCosteUrgente.com, que enviaba libros, discos y similares en pequeños Smart. Estaba ligado a Ecuality, uno de los fracasos más sonados de la Internet española.

– Flooz.com, que pretendía acuñar una nueva moneda digital alternativa a las tarjetas de crédito. Estaba respaldado por la actriz Whoopi Goldberg. Competía con otra empresa también conocida, Beenz.com. En España todos los proyectos de este tipo han estado respaldados por bancos, con lo que han conseguido amortiguar sus problemas financieros. La única excepción era Zakis.com, que se parecía más a una herramienta de fidelización tipo Travelclub.

– eToys.com, una juguetería online que llegó a valer más que Toys’R’Us. El modelo funcionaba pero su crisis se aceleró tras gastar grandes cantidades en publicidad y, sobre todo, ser incapaz de abastecer a la demanda, lo que dejó a muchos niños sin regalos de Papá Noel.

– Boo.com, es el caso europeo más sonado de fracaso puntocom. Su fundadora, una ex modelo sueca, llegó incluso a escribir un libro contando su historia, un tanto maquillada, por cierto. Lo cierto es que lo de vender moda por Internet atrajo a los Benetton, Bernard Arnault y compañía, que invirtieron en la compañía. Su error fue desarrollar una web chulísima pero lentísima, fundamentalmente porque estaba basada en Flash. Llegó incluso a abrir oficina en España.

– MVP.com pretendía vender ropa deportiva por Internet, para lo que contaba con el respaldo financiero y de imagen de Michael Jordan.

– Go.com fue la apuesta de Disney por los portales de Internet. En España, dos casos muy parecidos son los de Inicia y Jumpy, las apuestas de Prisa y Vocento-Telecinco por la Red. Muchos parecen haberlo olvidado.

– Kibu.com, una comunidad online para jovencitas que llegó a invertir 22 millones de dólares. A muchos les recuerda a Guay, un portal nacido en Vitoria-Gasteiz y dirigido fundamentalmente a jóvenes de ambos sexos. Tuvo el respaldo financiero de varios promotores inmobiliarios, del Banco Guipuzcoano y de una empresa de tubos y terminó cerrando sus puertas hace dos años.

– GovWorks.com, una empresa que pretendía crear una especie de e-administración pero sin contar con la Administración. Lo bueno de este caso es que su fundador grabó en vídeo todos los avatares de la creación-defunción y los convirtió en una película, Startup.com, curiosa como documento histórico que no por su calidad cinematográfica.

En la serie de fracasos hispanos habría que incluir, entre otros, a los siguientes:

Ecuality y, sobre todo, su tienda online Diversia, que basó su negocio en regalar a todos sus clientes 3.000 pesetas en libros o discos para conseguir “facturación”.

Viaplus, la aventura online de Altadis y Cortefiel, que invirtieron varios millones de euros para llenar los estancos de pequeños cajeros que permitían realizar compras en Internet. Curiosamente, tardaron bastante más en abrir una web para vender lo mismo.

Teknoland, la agencia de confección de webs, que disponía includo de masajista gratuito para sus empleados, terminó cerrando mientras sus propietarios se enzarzaban en demandas judiciales contra Telefónica, su principal cliente y supuesto inversor.

AOL-Avant, el proveedor de acceso a Internet apoyado por el BSCH y por AOL. Daba conexión con unos PC tontos (ahora conocidos como, los ‘pakitos’) que todavía se venden en algunos comercios online. Pese al esfuerzo comercial de toda la red de oficinas del Santander, apenas consiguió captar clientes. Otro proveedor de Internet que desapareció es Quiero, basado en el canal de televisión digital del mismo nombre, que incluía un decodificador con conexión a la Red.

ActivoBank, el banco online del Sabadell y el Comercial Portugués que cerró tras una inversión de 36 millones de euros dedicadas fundamentalmente a dar altos intereses en cuentas corrientes. Un caso más curioso es el de Patagon, un banco online por el que el Santander pagó más de 500 millones de dólares. Años después, ya no queda de él ni la marca, puesto que el Santander ha decidido recuperar su antiguo nombre, Openbank. Otro banco online que siguió un curso accidentado es evolveBank, del británico Lloyd’s. A día de hoy, su portada anuncia que ha dejado de prestar servicios con tarjetas de crédito, que era de hecho el único producto que tenía disponible. Esta entidad ya nació con mal pie: el mismo día de su puesta en marcha, en enero de 2001, canceló fulminantemente el regalo de 10.000 pesetas con el que pretendía premiar a los nuevos clientes.

EuskadiEstrella, el periódico online de BBK y Estrella Digital que apenas aguantó un año en Internet pese al importante empuje financiero de la caja vizcaína.

Guay, del que ya hemos hablado antes. La lista de portales desaparecidos es, no obstante, muy larga: Inicia (Prisa, que después se lo vendió a Orange), Jumpy (Telecinco, que después se lo vendió a Orange), World Online (adquirido por Tiscali), UOL, Yupi (en España compró CiudadFutura.com y finalmente fue adquirida por Microsoft) o Vizzavi (primero conocido como Navegalia y finalmente absorbido dentro de la web de Vodafone).

– Las revistas del sector que se han quedado en el camino: Ganar.com, iWorld, Web, Conexión, etc.

RappelWeb, la aventura en Internet del conocido adivino, que hoy reenvía a un portal femenino.

Coverlink, la incubadora de proyectos web nacida en Bilbao que saltó a la fama (y al otro lado del charco) a raíz de la inversión de Ana Patricia Botín. Hace un año aproximadamente, la empresa cerraba por completo, aunque la parte de la hija del presidente del BSCH acabó en manos de Indra. Su oficina de Madrid tenía incluso un txoko, ya que había muchos vascos trabajando en ella.

Algunos comentaristas nos han pedido que incluyamos algunos casos más de cataclismos puntocom:
– Digitalmood, que incubó proyectos como Weblisten, las revistas de Infotechnologies, los portales nosotras.com y Movizonia, la tienda online Franganzia.com, la asesoría digital Legalsite.net o las webs financieras Fondos.net y Mercados.net

– Xfera, el operador de móvil UMTS que quedó en la nevera durante muchos años. Yoigo se supone que heredó su licencia.

– Unoinfo, que ofrecía un disco duro virtual de hasta 100 Mb.

– Metropoli2000.com, una especie de comunidad online de personas que habrían páginas personales y cobraban parte de los ingresos que generaba la publicidad de las mismas.

– Racenet, un portal puesto en marcha por el Real Automóvil Club de España con varios socios financieros y que pretendía ser el centro del mundo del motor en España. Se cerró sin más.

– Dooyoo, una web de comentarios sobre productos y marcas similar a Ciao y que apenas duró un par de años en España.

– SubastasPC, que subastaba equipos informáticos a través de Internet y que fue cerrada por orden judicial, ya que muchos ordenadores no se entregaban.

– E-difica.com, un portal para empresas de construcción puesto en marcha por OHL, Dragados y PriceWaterhouseCoopers. Apenas aguantó un año.

– Asesorespersonales.com, una iniciativa de Indosuez que apenas sobrevivió cinco meses.

– Opciona.com, el mercado online de Endesa que tampoco aguantó mucho tiempo.

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