Apuntes de una turista holandesa en Bilbao

Guggenheim Museum in Bilbao
Guggenheim Museum in Bilbao (Photo credit: Wikipedia)

Una amiga holandesa ha pasado unos días de turismo por Bilbao, así que me he animado a preguntarle sus impresiones para saber qué hacemos bien y qué hacemos mal. Me ha resultado un testimonio interesantísimo, así que he decidido compartirlo por aquí.


Empecemos con los puntos positivos:
– Se vino a Bilbao por dos razones: el Guggenheim y el hecho de que haya conexiones directas desde Amsterdam con KLM. Tener un buen aeropuerto y un icono arquitectónico mundial marcan la diferencia.

– Entre las cosas para ver tenía apuntadas dos como indispensables: el Guggenheim y San Sebastián (que no Donostia, que no sabía lo que era). Esto indica la complementariedad que existe hoy entre Bilbao y Donostia.

– Le gustó mucho la arquitectura de Bilbao, al margen del Guggenheim. La verdad es que la capital vizcaína y Neguri tienen unos edificios preciosos que, a mi juicio, no están suficientemente destacados ni siquiera para los que vivimos aquí. Si de mí dependiera, pondría placas explicativas en todos los edificios interesantes y trazaría rutas de visita.

– Lo que más le ha sorprendido ha sido la mezcla de playas, costas abruptas y montañas que hay a pocos kilómetros de Bilbao. Sin embargo, hay pocos viajes organizados para ir a sitios como Gaztelugatxe.

Y ahora los puntos negativos:
– El desconocimiento del inglés, salvo en las oficinas de turismo, le ha sorprendido. Incluso en el hotel, en restaurantes y en tiendas importantes le costó encontrar a alguien que pudiera hablarlo. Si queremos más turistas, ya es hora de que nos pongamos las pilas.

– En Bilbao es relativamente fácil meterte accidentalmente en zonas «chungas». Hablo incluso de los aledaños del Teatro Arriaga y El Arenal, que por la mañana están, al parecer, plagados de yonquis. Habría que vigilar este tipo de cosas para mejorar nuestra imagen. A un guiri le sorprende ver a alguien inyectándose heroína en plena calle.

– Para ir a Donostia pensó que el tren sería la mejor opción. Menos mal que me lo dijo a tiempo y pude convencerla de que utilizara el autobús. Y esto no está en las guías…

– Como buena holandesa, quería andar en bicicleta. Le sorprendieron dos cosas: las dificultades que hay para alquilarlas sin saber castellano y la ausencia de información de rutas para ciclistas. Un mensaje para la Diputación: no es normal que no haya un carril para bicis entre los dos principales atractivos turísticos de Bizkaia, el Guggenheim y el Puente Colgante, que están separados por apenas 6 kilómetros sin repechos. Le expliqué cómo hacerlo por carretera y vino encantada por el recorrido.

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