A mí no me disgusta la propuesta de Mónica de Oriol sobre los ninis

monica de oriolEstá recibiendo muchas críticas la presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica de Oriol e Icaza, por haber sugerido que se redujera el salario mínimo para los trabajadores que no tienen formación alguna. Se comparan los resultados de su propuesta con los sueldos de los países en vías de desarrollo y se descalifica a la ideóloga recurriendo al pasado franquista de sus ascendientes (su abuelo es José María de Oriol Urquijo, primer alcalde de Bilbao tras el alzamiento y ex procurador en Cortes), a su cualidad de empleadora de mano de obra barata o a su aparente vida pija. Pero he visto pocos análisis de esta iniciativa, que no me parece tan descabelllada.


La realidad es que en España hay seis millones de parados y que una gran parte de ellos son ninis que no han estudiado nada y que tienen difícil colocación. La sociedad parece haber asumido que esta gente se pasará el resto de sus vidas viviendo del patrimonio familiar, en el mejor de los casos, o de subsidios públicos, en el peor. Con suerte, alguno podrá optar a uno de los muchos empleos en B que hay en España.

Lo cierto es que, si hay que pagarles el salario mínimo, nadie va a contratarlos legalmente, dado que hay personas más «atractivas» por el mismo precio. La ley de la oferta y la demanda nos lleva a que, en un país con mucho paro, los peor preparados, esos que ahora se llaman ninis, no tengan opción alguna. Se quedarán, hasta que la economía mejore y volvamos a tener pleno empleo, si es que ese momento llega, sin trabajo y, por tanto, seguirán cayendo en ese pozo negro del desempleo y el aburrimiento.

¿Es realmente eso lo que queremos? Evidentemente, no. Por eso, la propuesta de Mónica de Oriol no me parece disparatada. Evidentemente, a ella, que ha promovido negocios de trabajo temporal y de guardas de seguridad, le beneficia en cuanto ella emplea a personas de baja cualificación. Pero es que ella es la primera que está contratando a licenciados para ponerles una pistola y vigilar un edificio. Insisto: a igual precio, todo el mundo preferirá al más listo.

No es positiva esa manía de descalificar propuestas simplemente porque no nos gusta que el que las hace se beneficie de ellas. Tenemos que ir más allá. Si Mónica de Oriol y otros empresarios pueden emplear a ninis a bajo precio, contratarán a más gente y, si los mercados son realmente eficientes, seguramente podrán reducir los precios de sus servicios y, por ende, aumentar su demanda. O la de productos alternativos. Esto es bueno para la economía a corto plazo y, sobre todo, a largo, porque habrá más gente formada y preparada y menos parias («parásitos» los llama Oriol) que pasan de todo. No hay mejor terapia que el trabajo.

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