Sobre «La visión de Antonio Cancelo»

«La visión de Antonio Cancelo» es un curioso libro de Fermín Garmendia y Manolo González que recoge diversas conversaciones y artículos de pensamiento de Antonio Cancelo, promotor de Eroski y ex presidente de Corporación Mondragon. A decir verdad, me ha decepcionado un tanto. No porque no esté de acuerdo con las reflexiones de Cancelo, sino porque mi sensación es que se trata más de un «político» que de un auténtico «emprendedor».


Me explico. El libro recoge todo el proceso de gestación y puesta en marcha de Eroski, desde la fusión inicial de algunas pequeñas cooperativas locales hasta la apertura del primer hipermercado y la posterior expansión por toda españa. ¿Cuál fue el papel de Cancelo? Fundamentalmente, la de empujar a unos y otros para seguir un camino que se antojaba como el único posible.

Pero no se trata de la típica idea que machaconamente una persona trata de llevar adelante. En realidad, Cancelo se encontró con el pastel y fue «designado» director general por una serie de circunstancias. Ni era realmente su proyecto ni él puso un duro para crearlo. Lo que sí hay que reconocer por su parte es una entrega total y una obediencia casi ciega a esa «causa mayor», de índole quasi-religiosa, que está presente en toda cooperativa.

De hecho, el libro es una joya para comprender qué valores están detrás de una sociedad de este tipo. Cancelo habla mucho de religión y humanismo, como grandes inspiradores de su labor. Pero también reconoce cierta decepción con la actitud de algunas personas, como cuando todo su equipo de compras se marchó «por dinero», y en suma, con la no consecución de su objetivo final de transformación de la sociedad.

Estas frases sobre su entrega hablan por sí mismas:

Cuando estás en un proyecto te tienes que preguntar qué te importa más, lo que te pasa a ti o lo que le pasa al proyecto. Y tienes que elegir. Muchos proyectos se eligen en función de uno mismo, buscando la seguridad propia, la comidad… y entonces se plantean ejercicios de menor riesgo, de menor incertidumbre».

Durante mucho tiempo me pregunté si los valores de Eroski eran de Eroski o míos, ya que había una identificación muy alta. De manera que no se me hubiera ocurrido marcharme fuese cual fuese la oferta, porque era como romper con aquellos principios de los que me habia amamantado y que a pesar del transcurso del tiempo, seguía considerando válidos.

Cuando se iba gente por dinero, yo era muy duro en mis expresiones públicas, en las asambleas, en las reuniones, era muy duro. Manifestaba abiertamente, porque así lo pensaba, que prefería que se fuesen porque la gente que quería ganar más dinero sabía que en Eroski no lo iba a conseguir. Pero eso era una confirmación para que los que nos quedábamos trabajásemos por algo mucho más importante que el dinero.

Suena como a una secta (le preguntan) No olvide que estábamos creando un proyecto, estábamos haciendo un proyecto conjunto. Si alguien se iba, lo traicionaba. La gente lo entendía así.

El proyecto al que yo aspiraba era un proyecto basado en la bondad del ser humano, en la cooperación de los unos con los otros, en la generosidad, de manera que la renuncia individual para compartir con los demás fuera el leit motiv. Son unos valores, que como eran importantes, yo tenía la esperanza de que iban a ser ampliamente aceptados y que iban a ser un elemento de transformación de la sociedad. (…) Reconocía que ese deseo sublime de transformar el mundo y esos principios de generosidad, de compromiso, de solidaridad, que iban a acabar impregnando la sociedad, pues… no se habían cumplido (…) Era una utopía.

Hay que decir que los dos principales retos que tuvo que afrontar Eroski fueron financieros y legales. Por una parte, la necesidad de invertir grandes cantidades de dinero que solo se recuperarían si el negocio iba bien. La colaboración de Caja Laboral fue, en este sentido, fundamental, aunque Cancelo tuvo que esforzarse al máximo en múltiples ocasiones, como cuando una auditoría concluyó que estaban «en situación técnica de suspensión de pagos».

Por otra parte, la necesidad de superar las regulaciones tanto mercantiles (las que limitaban la expansión de las cooperativas de consumo) como administrativas (las licencias para abrir establecimientos). En este último campo hay que reconocer que Cancelo fue un crack. El supo, como nadie, tratar con los políticos (incluidos Felipe González y José María Aznar), y también con los socios-trabajadores, para que la regulación no fuera nunca una traba definitiva.

A veces llegó a dar puñetazos encima de la mesa:

Después de una de las reuniones maratonianas con Carlos Blasco, a la sazón consejero de Comercio (del Gobierno Vasco) y entrañable amigo, y su equipo, me acompañó a la salida y en el patio de Lakua, al hilo de la conversación, le digo que el 2 de diciembre teníamos prevista la apertura de las instalaciones de Vitoria, con la ley (de Cooperativas) o sin la ley. Le dije que podía mandar a la Ertzaintza y cerrarnos, pero que yo le mandaría a los trabajadores a Lakua.

No en vano, las relaciones personales fueron una de las prioridades de Cancelo durante su singladura. Así, convocaba todos los jueves por la mañana a su consejo de dirección «sin orden del día, con un programa abierto», que buscaba fortalecer el grupo humano, y seguían la comida de una larga partida de mus. El fue más un relaciones públicas que un auténtico empresario.

Precisamente ese cultivo de las relaciones personales acabó encontrándose con dos fenómenos que supusieron un verdadero martirio para Cancelo: las luchas internas de poder y la oposición a la expansión de Eroski por parte de grupos locales y la creciente moda de antivasquismo. El mantenimiento de la marca Eroski, resultado de la agregación de «Erosi» y «kide», es algo que defiende Cancelo pero con lo que yo no estoy en absoluto de acuerdo. Creo que fue un grave error.

Es interesante, en este sentido, lo que comenta respecto a las campañas que se extendieron por Internet que relacionaban a Mondragón con ETA:

Fue brutal, un ataque a marcas de MCC a través de Internet. Pudimos resolver bien la situación y no salió de Internet, afortunadamente. A mí personalmente me hizo dedicar entonces un tiempo muy importante a plantearme qué hacer si el tema llegaba a otros medios ajenos a la red, que podían haberse enganchado a esa difamación (no dice que sí llegó, a través de la Cope, lo que generó una demanda judicial por parte de MCC) (…) Estuve con periodistas de El Mundo, estuve con el Grupo Prisa, estuve con el Grupo Expansión, era un momento muy delicado y no solamente con ellos, sino que estuve con el presidente del Gobierno, estuve con el ministro del Interior.

Foto: http://www.lks.es/C/PC/Noticias/tabid/87/articleType/ArticleView/articleId/237/language/es-ES/Presentacion-del-libro-Principios-pensamiento-e-innovacion-empresarial-La-vision-de-Antonio-Cancelo.aspx

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