Probando un coche nuevo: el Seat Arona

Los responsables de marketing de Seat se han querido fijar en los emprendedores para dar a conocer su nuevo vehículo, el Arona, un SUV. Así que «me ha tocado» probar durante un fin de semana este coche, un ejercicio que nunca había realizado, más allá de las contadas veces en que he tenido que alquilar un automóvil. Y como novato que soy en estas lides, me han sorprendido algunas cosas.


– El coche de Google está cada día más cerca. No había tenido oportunidad de conducir un vehículo con «aceleración/frenado automáticos» y creo que, por su evidente comodidad, es una funcionalidad indispensable hoy en día.

– La tecnología para el aparcamiento también nos acerca al coche de Google. El Seat Arona se aparca solo, aunque no fui capaz de aplicarlo, pero tiene también cámaras y sensores por doquier que te permiten ver cualquier obstáculo sin girar la cabeza o salir del coche. Simplemente genial.

– Las pantallas del interior se han hecho tan grandes (y táctiles) que son similares a las de cualquier ordenador. Su complejidad también. Lo lógico sería que integraran sistemas operativos con los que ya estemos familiarizados, como Windows. Lo mismo digo de los mapas: donde estén los de Google, que quiten todos los demás.

– Estos coches están llenos de alertas de todo tipo (que si estás cansado, que si hace mucho frío…), que puede que aportan seguridad pero terminan siendo cansinas. Por cierto, el algoritmo que detecta cansancio y te recomienda parar me avisó varias veces pero no acertó ni una.

– La integración del móvil en el interior de un coche es impresionante. Además de un habitáculo preparado ex profeso para su recarga inalámbrica, me llamaron la atención la conectividad bluetooth automática del navegador de a bordo y las dos conexiones para cargadores USB.

– La calefacción interior también incorpora una novedad importante: la temperatura se regula en función de asientos, lo que permite terminar con esos dispositivos de apertura y cierre manuales que siempre nos dan todo tipo de sorpresas.

– Adiós a las llaves. El coche se abre solo cuando te acercas y se enciende dándole a un botón. Todavía es preciso usar las llaves para cerrarlo. De todas formas, esta funcionalidad no me terminó de convencer, ya que me dio muchos fallos.

A pesar de todo, mañana volveré a ir al trabajo en bicicleta y a sentir el frío (y probablemente la lluvia) en la cara y las manos. Pero es verdad que los coches nuevos tienen muchas ventajas. Por cierto, ¿sabías que Seat vende menos coches per cápita en Euskadi que en otras zonas? ¿Por qué crees que es así?

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