Las 15 mejores campañas de marketing de la historia

Gracias a la televisión, el marketing es un tema del que cualquiera puede hablar y opinar. Los anuncios son temas de conversación, tanto porque las buenas campañas nos llegan a todos como porque son grandes ejemplos de creatividad puesta en acción. De ahí que me haya puesto a analizar las 15 que, a mi juicio, son las mejores acciones de marketing de la historia en nuestro entorno más cercano.


– Barcelona 92. Hoy en día la capital catalana representa, en todo el mundo, modernidad y globalidad y esa fantástica imagen, que atrae visitantes e inversiones, es el resultado de años de inversiones en marketing. La acción más espectacular fue la organización de los juegos olímpicos, que colocaron en el mapa a esta ciudad. Madrid ha intentado replicarlo, hasta ahora sin éxito.

– El anuncio de Campofrío de 2011 con cómicos. Cuando la crisis estaba golpeando al país con más fuerza y la corrupción protagonizaba todos los telediarios, la empresa de embutidos tuvo la gran idea de destacar los valores positivos del país. Y lo hizo de la mano de varios cómicos y de un vídeo dirigido por Icíar Bollaín y viralizado vía Youtube. La gencia fue McCann Erickson.

– Los anuncios de navidad de Codorníu y Freixenet. No me quedaría con ninguno. Todos han sido brillantes producciones que han sabido asociar cava con fiestas, igual que los que nacimos en los setenta unimos estas celebraciones con el regreso de los seres queridos y las compras de turrón El Almendro.

– El «Si bebes no conduzcas» de Stevie Wonder. Desconozco si consiguió que los españoles bebieran menos antes de conducir, pero lo cierto es que el eslogan se hizo famoso, probablemente porque se repitió hasta la saciedad en los dos únicos canales de televisión del momento y porque el cantante lo pronunciaba con un estilo americano inconfundible. Fue obra de la agencia SM2 en 1985. Otro anuncio memorable promovido por la administración fue el de «Pezqueñines no gracias, debes dejarlos crecer», obra de Anagrama en 1983.

– El negrito de Cola-Cao. Este es un anuncio de los primeros tiempos de la televisión en España, pero consiguió que una marca nacional se impusiera a multinacionales de la talla de Nestlé. Es verdad que el cacao es oscuro, pero hoy en día este anuncio sería probablemente calificado de sexista.

– El Guggenheim de Bilbao. La capital vizcaína era hasta los noventa una ciudad gris en declive a la que un turista solo podría llegar por puro accidente. Hasta que llegó el Guggenheim, un museo que ha transformado a Bilbao hasta convertirlo en centro de atracción turística e icono mundial de la innovación y la arquitectura. Todo por un edificio financiado por las autoridades locales.

– Si no hay Casera, nos vamos. Es verdad que hay muchos eslóganes publicitarios que se han quedado en el recuerdo de todos, pero éste es especialmente significativo porque potenciaba un producto muy local y se ha utilizado popularmente en todo tipo de situaciones. Hay que tener en cuenta que data de los ochenta, cuando lo creó la agencia NCK.

– Edu de Airtel. La compañía ya no tiene ese nombre pero el eslogan del «Hola soy Edu, Feliz navidad» se repitió hasta la sociedad. No porque fuera brillante sino probablemente porque la inversión fue muy elevada. Fue obra de la agencia Casadevall Pedreño & PRG en los años noventa. En este mismo sector de las telecomunicaciones hay que recordar también las campañas de Amena repartiendo gorros verdes en la Puerta del Sol o el «Patxiiii» de Euskaltel.

– Las muñecas de Famosa. Otro anuncio típico de la navidad era el de las muñecas de Famosa, que según el villancico, se dirigían al portal (de Belén, se entiende). Fue obra del creativo Luis Figuerola-ferretti y se emitió por primera vez en 1970.

– Villarriba y Villabajo. El anuncio de Fairy en el que dos pueblos compiten por darle brillo a unas sartenes gigantescas fue obra de Grey en 1992 y ha tenido mucha trascendencia por dos razones: la marca lo ha utilizado en muchos otros países, añadiéndole ciertas dosis de folklore español, y las dos localidades ficticias dieron nombre a una serie de televisión un par de años después.

– Manuel Luque y el rescate de Colón. En un mundo de blogueros y tuiteros, que una persona protagonizara los anuncios de una marca parecería bastante normal. Pero no lo era en los ochenta, cuando Manuel Luque, el director general del fabricante de detergentes Colón, decidió protagonizar unos spots publicitarios en los que recomendaba a sus clientes buscar y comparar sus productos con los del resto de marcas («Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo»). En torno a estos anuncios se construyó una historia mítica que hablaba de la salvación de la compañía hasta su posterior compra por una multinacional por más de 200 millones de euros. Curiosamente, Luque, que ya tiene más de 65 años, tiene un canal en Youtube.

– El calvo de la lotería. Un inglés con poco pelo protagonizó durante ocho años los anuncios de la Lotería, que por otra parte siempre han sido excelentes. Estos spots, obra de Publicis, eran esperados todas las navidades casi tanto como los de cava. Y no solían defraudar a nadie. El año pasado cambió al bar de Antonio, tabién con éxito.

– La princesa Letizia en el telediario. El Príncipe Felipe se había enamorado de una plebeya y era necesario evitar el rechazo de los españoles. Coincidiendo con todo ello, Letizia Ortiz Rocasolano empieza a presentar el telediario. ¿Casualidad? Evidentemente, estoy convencido de que este ascenso profesional formó parte de una campaña de marketing para hacer que su cara fuera familiar para los súbditos reales. Seguramente algo tuvo que ver el padre de Letizia, que se dedica precisamente a la comunicación corporativa.

– La cola del cuponazo de la Once. La lotería de los ciegos lleva años de capa caída, pero hubo un tiempo en que protagonizó algunas de las campañas de marketing más espectaculares jamás hechas en España. Ahí está el «Tengo de tó» de 2003. Pero la mejor fue probablemente la que en 1986 decía que el Cuponazo «traerá cola», que vino precedida de spots de misterio (teasers) en los que no se desvelaba el nombre del anunciante. Fue obra de la agencia Contrapunto.

– Mediterráneamente. Los anuncios-película de Estrella Damm son fabulosos y han generado un nuevo estilo que lleva a muchos a pensar en esta marca, como proveedor de buenos ratos, coincidiendo con la llegada del verano. Hay dos piezas especialmente memorables: la primera, de 2009, centrada en Formentera, y la del pasado estío, «Vale», un corto dirigido por Alejandro Amenábar .

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