¿Es posible convertir a un parado en emprendedor?

A medida que emprender se pone de moda, se están multiplicando los programas que aspiran a convertir a parados en creadores de empresas, como éste del Servicio Navarro de Empleo. Aunque el objetivo es loable, choca con la dura realidad de que emprender es relativamente fácil, especialmente si hay ayudas públicas, pero mantener una compañía en marcha más de un año no lo es tanto. Tengo cierta experiencia en estas lides, así que me creo capaz de expresar mi opinión y dar algunos consejos.


1. El parado, generalmente de larga duración, al que se aspira a ayudar con estos programas suele tener un problema de actitud («ya no me creo nada») y no tanto de formación. Cambiar actitudes es sumamente difícil.

2. La tecnología está eliminando puestos de baja cualificación que son difícilmente reciclables. Los trabajos nuevos que se crean, como los relacionados con la asistencia a personas mayores o los de atención telefónica, están mal remunerados y no resultan atractivos.

3. Lamentablemente, estos programas sirven fundamentalmente para alimentar un sistema que requiere que haya parados para que haya personas que vivan de formarles con la esperanza de que puedan salir del agujero. Se ocupa a la gente en cursos para que todo el mundo siga contento, sin que el problema se resuelva de verdad.

4. Es cierto que hay muchas personas que no emprenden porque no se atreven a hacerlo solas y el trabajo en equipo bien gestionado puede ayudarles a romper esa dinámica. Si se consigue crear un grupo que se complementa y entiende, es posible que sí que se animen a convertirse en emprendedor. Por eso, siempre he pensado que es más importante cuidar las dinámicas de colaboración e interacción entre personas que los meros conocimientos.

5. Otra forma de romper el miedo a emprender es hacerlo. Si el curso tiene la suficiente duración como para que los alumnos puedan realmente montar algo y empezar a vender su producto o servicio, es mucho más factible que el proyecto después sea viable. Learn by doing, se le llama últimamente.

6. Estos programas cobran más sentido si van acompañados de fondos de pequeña cuantía que ayudan después al emprendedor a pasar el vía crucis de los primeros meses hasta que consigue su clientela.

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