Deusto quiere «regeneración democrática» pero mantiene a un condenado como presidente

Me ha parecido sumamente contradictorio que la Universidad de Deusto, junto a las de Comillas y Esade, promueva un manifiesto a favor de la regeneración democrática, al mismo tiempo que mantiene como presidente de su división de Business School a una persona condenada penalmente: Alfredo Sáenz. Los jesuitas parecen ver la paja en el ojo ajeno (algo positivo) pero son incapaces de verla en el propio.


Para ser coherente, además de denunciar que los mercados se están imponiendo sobre los gobiernos y las personas, Deusto debería expulsar a Sáenz de sus órganos de gobierno. Más bien debería haberlo hecho hace años, antes incluso de que el ex consejero delegado del Santander abandonara sus funciones en el banco. El humanismo cristiano, que tan buenos valores promueve, es tan aplicable a los políticos como a los curas.

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