Sobre el desfalco del Guggenheim
|Tenía que pasar. El Guggenheim es una joya, pero su gestión es sumamente oscura. Y lo ha venido siendo desde antes incluso de su fundación, con sendas investigaciones del Tribunal de Cuentas sobre los «excesos» durante su construcción y la contratación como director de Recursos Humanos del hijo de un importante cargo político. El desfalco que hoy se ha conocido no es, por tanto, extraño.