Alfredo de Miguel y los «emprendedores enchufados»

Una de las cosas que más me indigna del «caso Kataia» es que está sirviendo para confirmar que muchos contratos públicos se dan a dedo. Al margen de las posibles comisiones ilegales, lo verdaderamente escandaloso es que Gobierno Vasco, Diputación de Alava y ayuntamientos adjudicaban servicios a las empresas del entorno de Alfredo de Miguel por su cara bonita, que por cierto la tenía bien grande.

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